martes, 22 de julio de 2014

La historia: “La maestra de la vida”

Por Domingo Nuñez Polanco
Domingo Nuñez Polaqnco
 Mucho  se ha escrito sobre la historia como " la maestra de la vida”.  El hombre es un ser histórico y quien no sabe de dónde viene, difícilmente sabrás a dónde vas. El sentido histórico es fundamental para interpretar realidades, actitudes y manifestaciones propias de los pueblos.
El dictado de la historia, sobre todo en un país   como el nuestro, con un pasado profundo, plural y lleno de sabiduría, debe ser el punto de partida para emprender cualquier proyecto de renovación  nacional.
¿Cómo ignorar la grandeza de la Quisqueya prehispánica? Su organización política, su esplendor cultural. ¿Cómo desconocer la importancia del Santo Domingo colonial si como dicen algunos cronistas e historiadores, cuando los búfalos pastaban en Manhattan, la Ciudad de Santo Domingo ya contaba con una universidad en la que se impartían cátedras de teología, humanidades y filosofía.  ¿Cómo pasar por alto el carácter  transformador del movimiento independentista nacional que no sólo terminó con la separación de Haití, sino que despertó las aspiraciones de libertad e igualdad de los dominicanos? ¿Cómo dejar de reconocer  los liberales que redactaron la constitución de julio de 1858, liberal y progresista. Qué decir de la República  Restaurada en la guerra de la Restauración, no sólo supieron consumar la Segunda Independencia de la Patria, sino que también tuvieron la visión para separar, antes que en otras naciones, las funciones civiles de las eclesiásticas y marcar para siempre el carácter laico y republicano de nuestra vida pública. ¿Cómo pasar por alto a los patriotas que enfrentaron la primera  intervención norteamericana de 1916? ¡Cómo olvidar los mártires de la expedición del 14 de junio de 1959 “vinieron lleno de heroísmo y  patriotismo, enamorado de un puro ideal a rescatar la libertad” 
¡Cómo olvidar la revolución de Abril, sus causas, las hazañas  del pueblo, la noble voluntad democrática de sus protagonistas, el arrojo y el patriotismo  del Coronel Tomas Fernández Domínguez  y el de Caamaño y sus compañeros de lucha; y la lealtad a los principios contenido en la constitución Boschista de 1963!
¿Cómo ignorar lo acontecido en la historia reciente? Los movimientos sociales, sindicales y estudiantiles, así como la lucha por la democracia, los derechos humanos y la justicia a favor de las grandes masas populares.
En vez de pasar por alto los antecedentes históricos  de República Dominicana debemos tomarlo como  base indispensable, punto de partida para la construcción de cualquier proyecto socio político de transformación y renovación. No puede existir transformación  sin un conocimiento previo de la realidad que se quiere transformar, sin un conocimiento de cómo ella está organizada, cuáles son sus leyes de funcionamiento y desarrollo, con cuales fuerzas sociales contamos para  realizar los cambios. “Para conocer  lo que somos hoy tenemos que saber que fuimos ayer, pues de los que fuimos salió lo que somos, esa es la razón por la cual es tan importante conocer la historia de nuestro país. Pero esa historia debe estudiarse a partir de nuevos principios, porque resulta que la historia dominicana se ha escrito siguiendo principios incorrectos”. (Juan Bosch)
Ahora  bien, en la actualidad debemos conocer y comprender por demás ¿qué aqueja y atormenta a la nación? ¿Cuáles son sus grandes y graves problemas? ¿Qué es lo que más afecta a la gente e impide la buena marcha de la República?


Es innegable que en los últimos años   la República Dominicana  ha avanzado en el terreno democrático.  Hay alternancia política y los gobiernos, en sus diferentes niveles, gozan de una mayor legitimidad. Las elecciones son más limpias y libres; los poderes han empezado a funcionar en equilibrio y cada vez se actúa con mayor tolerancia y respeto a la pluralidad política. Sin embargo, la República Dominicana es aún un país de hondas desigualdades sociales. En este terreno, en vez de avanzar, hemos retrocedido. 

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