Domingo Nuñez Polanco |
Mucho ayuda tener un proyecto claro de
nación. Es indispensable alcanzar los acuerdos fundamentales que permitan
llevarlo a la práctica. De ahí la necesidad de buscar, convencer y persuadir a
los sectores de buena voluntad para emprender juntos los cambios que demanda el
país. Hace falta también, tomar en cuenta a los representantes de sectores
sociales, civiles, económicos, religiosos y
políticos. Debemos convocar al establecimiento de un pacto que
permita concretar alternativas a los grandes problemas nacionales con la
participación activa de la gente y de
representantes de todos los sectores económicos, sociales y políticos. Es obvio que la lógica de la
economía global hoy tiende a desplazar a la lógica de la
economía y las políticas nacionales. Las
nuevas tecnologías y los nuevos modos de producción globalizan tendencias al desempleo y
acentúan las desigualdades. Todo se
inclina a favorecer a los grandes actores económicos y a debilitar a los medianos y pequeños actores internos. El libre flujo
de capitales, productos, ganancias, información y servicios erosiona las
soberanías nacionales. Las instancias supranacionales, las corporaciones y
el mercado financiero global ejercen fuertes presiones sobre los
gobiernos. No obstante, dentro de ese contexto, hay márgenes para emprender un modelo de desarrollo
propio.
El desarrollo no sólo depende de una
adecuada política monetaria, de baja inflación y de disciplina fiscal. Hace
falta también el crecimiento sostenible de la economía, la generación de empleos y la mejora de la calidad de vida
de la gente. En esencia, la propuesta es transitar por un camino propio, con un
modelo de desarrollo que concilie el crecimiento con el bienestar.
Se habla de la búsqueda de alternativas
al actual modelo económico, social, político excluyente que desde hace mas de
500 años rige la sociedad dominicana; basta con echarle una ojeada a la
situación crítica que se vive en países como República Dominicana, Haití,
México, Guatemala, Honduras, Panamá, por mencionar solo algunos ejemplos, son
muestra de la inconformidad social frente a las políticas económicas que se
imponen actualmente en materia de salud, educación, políticas energéticas,
privatizaciones, deudas. Etc.
Construir una democracia con justicia
social, buscar una tercera vía, tomar el poder, exigir un espacio en la toma de
decisiones, incidir en políticas públicas, generar "alternativas”,
regresar al estado de bienestar, entre otras consignas surgen por doquier. Hay
para quienes es una propuesta descabellada
y fuera de contexto; y hay para quienes la misma propuesta es viable. Mientras
que para algunos es difícil e imposible detener la globalización neoliberal
haciendo un llamado a la “cordura” que más bien es miedo a construir una
alternativa.
Al final de cuenta, todos se preguntan ¿cuál
es la alternativa?
Al hablar de un "PROYECTO
ALTERNATIVO PAIS" nos referiremos a un plan que se lanza hacia delante,
hacia el futuro, con una dirección intencionada, con un horizonte que marca el
rumbo de ese caminar. Si hay una dirección y un horizonte claro y definido hacia
donde se camina es porque se descartan otros caminos y horizontes que buscan o
proponen otros. Por tanto, no implica que el ciento por ciento de la población
esté totalmente de acuerdo. Y si hablamos de algo "alternativo" nos
referiremos a algo que es distinto a lo que actualmente existe.
Consideramos que un proyecto
alternativo no debe estar fuera del alcance del entendimiento de la población
en general, es ella la que debe
definirlo como premisa básica. No debe estar fuera del alcance de las mayorías
el significado de lo que implica garantizar los derechos sociales, económicos y
políticos y el consecuente futuro feliz de sus vidas.
Características “Proyecto
Alternativo País”
Al
momento de presentar y conformar un proyecto alternativo de Nación democrático,
social, solidario y renovador, debe
tener los siguientes elementos y características:
I-
Que
defina el horizonte de utopía
Los que se oponen al progreso, desprecian
la utopía, atacan a la utopía y persiguen al idealista… No saben que utopía fue
la abolición de la esclavitud, que utopía fue el sufragio femenino, que utopía
fue el reconocimiento universal de los derechos humanos, que utopía fue la
superación de los siglos oscuros del medievalismo, del despotismo; el
reconocimiento de la dignidad humana sin distinciones fue una utopía hoy hecha
realidad. La historia de la humanidad es la historia de la utopía. No son otra cosa, que utopía, las conquistas sociales, Conquistas comenzadas
primero por minorías y refrendadas luego por inmensas mayorías alzadas frente
el abuso, la injusticia y la abominación.
II- Cuente con principios
éticos.
Es
propósito del “Proyecto Alternativo País” propuesto contribuir a la creación de la
dimensión ética e igualitaria de la política, sustentada en el humanismo, los
derechos humanos, en los valores del pensamiento crítico, el compromiso
democrático y la vocación social. La participación política debe entenderse
como una tarea de servicio público y representación de los diversos intereses y
aspiraciones de la sociedad. La propuesta propone la construcción de una
nueva cultura política fundada en valores, y espacios para el debate de las
ideas, la autogestión ciudadana y la solidaridad como alternativa a las formas
de hacer política clientelar y populista del liderazgo político
tradicional.
III- Los derechos sociales
columna vertebral de la propuesta.
Significa
que los derechos sociales estén por encima de los intereses del mercado y no al
revés. Las sociedades, personas, culturas no deben sacrificarse por los
intereses de la lógica de la mayor ganancia.
Los derechos económicos, sociales, políticos, culturales deben estar por
encima de cualquier otra lógica. Cualquier mecanismo que se elija debe
garantizar el pleno acceso a la educación, la salud, la vivienda y el trabajo
digno para la sociedad en su conjunto, entre otros derechos fundamentales.
El Proyecto alternativo país está comprometido con la conquista y la
defensa de los derechos humanos y sociales fundamentales, incluyendo: los
democráticos, civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y
solidarios. Como son: los de opinión, reunión y asociación; trabajo, descanso,
esparcimiento, retiro y jubilación justos; vivienda, alimentación adecuada y
agua potable, cobertura sanitaria y de salud amplias y universales; educación,
información, paz y justicia, desarrollo sustentable; es decir, el derecho de
todos los dominicanos y dominicanas a vivir y a morir con dignidad, en el marco
de la soberanía e independencia nacional.
IV-
Que sea ecológicamente sustentable.
Cualquier
proyecto no será viable si pone en peligro las condiciones de perpetuidad de la
especie humana. La defensa y protección del medio ambiente es una de las
grandes tareas de la humanidad y debe ser considerado un asunto de
sobrevivencia y seguridad nacional. Por ello, la propuesta se pronuncia por un
desarrollo sostenido y sustentable que satisfaga las necesidades de las
generaciones presentes y futuras, basado en la preservación actual de los
recursos humanos y naturales, de tal manera, que no se cancele la viabilidad
del desarrollo en el futuro. Aspiramos a un crecimiento económico planificado,
armónico y equitativo entre las regiones del país, entre la ciudad y el campo;
entre el trabajo y el capital; y entre el mercado mundial y el mercado
nacional. En la construcción de un desarrollo sustentable resulta fundamental
no confundir progreso y desarrollo con explotación irracional de la
naturaleza.
V- Cuente con una perspectiva de género.
Desde la perspectiva del género humano
proponga unas relaciones distintas, diferentes, alternativas y que eliminen la
acumulación de cualquier tipo de riqueza basada en la explotación de un género
sobre otro. Implica de igual manera la eliminación de privilegios entre
géneros, sectores y actores diversos de la sociedad.
Reconocemos que las mujeres y los
hombres somos igualmente diferentes y es a partir de esa igualdad en la
diferencia que nuestro proyecto de república, asegura la paridad de género en
la participación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones al
interior de la organización, y en todos los ámbitos de la vida social,
económica, política y cultural, garantizando el acceso en condiciones de
igualdad, al uso, control y beneficios del desarrollo de todas las personas.
VI-Asume
el desarrollo tecnológico y científico como un asunto estratégico.
Considera
que la generación y aplicación de conocimientos debe ser una herramienta básica
al servicio de la soberanía de las naciones y para promover un desarrollo
equitativo y sustentable. Entiende que
el desarrollo tecnológico y científico ha sido manipulado deliberadamente para
profundizar la dependencia y la explotación irracional de los recursos
naturales de los países en desarrollo. Por ello, el proyecto alternativo asume
esta problemática.
VII- La
propuesta alternativa esté enmarcada en un contexto global.
El proyecto alternativo debe considerar
la correlación mundial de las fuerzas actuales que ayuden a definir entre lo
deseable, lo posible y de ello lo más realista. Esto debe generar consciencia
social sobre el aspecto procesual del proyecto a largo plazo y evitará caer en
inmediatismos. Que cuente con alianzas regionales; esto de cara a la búsqueda
de objetivos comunes y a la defensa de los derechos de las mayorías. La
alternativa debe ser regional entendida ésta como un conjunto de países que
comparten problemáticas, objetivos y características comunes. La alternativa no
es aislarse. Afirmamos como principio que la Independencia de la patria
es la base y origen del derecho soberano de las dominicanas y dominicanos a
tomar sus propias decisiones sin interferencia o presiones provenientes del
exterior. Propugnamos por un orden internacional basado en la paz, el
respeto a la soberanía de los países, en la ayuda y la cooperación económica a
las naciones más necesitadas, en el intercambio comercial, científico y
tecnológico que apunten hacia el desarrollo y el bienestar de todos los países.
Por el respeto irrestricto a las convenciones internacionales en materia de
derechos humanos, civiles, sociales, políticos y económicos y por el
fortalecimiento de las instituciones de justicia internacional que sancionen
los graves actos de irresponsabilidad, represión, autoritarismo y crímenes
contra la humanidad y promueva la existencia de un derecho internacional
justo y equitativo y en particular en la aplicación de leyes y regulaciones al
capital financiero especulativo.
En la propuesta se plantea la democratización de los organismos políticos y financieros internacionales como la ONU, OEA, OMC, FMI y BM y rechaza su utilización por parte de las naciones hegemónicas para enjuiciar e intervenir unilateralmente en otros países.
En la propuesta se plantea la democratización de los organismos políticos y financieros internacionales como la ONU, OEA, OMC, FMI y BM y rechaza su utilización por parte de las naciones hegemónicas para enjuiciar e intervenir unilateralmente en otros países.
La propuesta Alternativa asume y
declara su solidaridad con los movimientos libertarios de nuestros pueblos
latinoamericanos y Caribeños guiados por los principios de fraternidad, combate
a la desigualdad, solidaridad con las causas populares y el deseo de construir
un mundo de libertades y justicia, bajo los criterio y principios de los
lineamientos progresistas liberales y las alternativas sociales.
Asistimos a la emergencia de
movimientos sociales de nuevo tipo, que son parte de la lucha mundial por la
democracia y la justicia social, los reconocemos, nos identificamos con ellos y
se declara parte de los mismos.
VIII- Asumir la representación de los intereses legítimos de las mayorías.
La propuesta alternativa debe partir de una definición sobre sus objetivos. Proponer como objetivo central construir una mayoría social y política de pensamiento renovador capaz de realizar los cambios que requiere el país. Esta mayoría no puede verse sólo como una mayoría electoral. Se trata de construir una mayoría participativa, organizada y capaz de hacer oír su voz en las definiciones de las políticas públicas y en el rumbo de los gobiernos.
La propuesta alternativa debe partir de una definición sobre sus objetivos. Proponer como objetivo central construir una mayoría social y política de pensamiento renovador capaz de realizar los cambios que requiere el país. Esta mayoría no puede verse sólo como una mayoría electoral. Se trata de construir una mayoría participativa, organizada y capaz de hacer oír su voz en las definiciones de las políticas públicas y en el rumbo de los gobiernos.
a)
Establecer un diálogo permanente entre
el proyecto alternativo y la sociedad.
b)
Fomentar y apoyar acciones que permitan
la recuperación de las articulaciones sociales. Eso significa, en otras
palabras, restaurar el poder desde abajo.
c)
Conjugar esfuerzos para la creación de
una sociedad participativa y solidaria, capaz de auto organizarse y ser autogestora.
d)
El Proyecto Alternativo debe postular
candidatos a ciudadanos comprometidos, pero ello debe ser resultado de un pacto
donde se establezcan compromisos mutuos, muy claros, sobre las agendas
legislativas, municipales y de gobierno.
e)
Además, el Proyecto Alternativo debe
ser una llave de acceso para que los distintos sectores de la sociedad puedan
plantear sus demandas y propuestas ante los gobiernos y a las instancias
legislativas y municipales.
f)
También debe llevar a una
reflexión y a un diálogo más amplio con todos los sectores de la sociedad
comprometida con las mejores causas del pueblo dominicano y plantearse la
posibilidad de una política de alianzas en la que se pueda conciliar o combinar
con otras opciones políticas que basan su actuación en la lucha
social-ciudadana.
Por ello, proponemos que se construya
un espacio de diálogo permanente con los diversos actores sociales. Este
diálogo deberá establecerse en todos los niveles de dirección. En este espacio
deberá darse preferencia a las organizaciones sociales y ciudadanas. Se trata
de establecer un diálogo de iguales, sin condiciones y con el propósito de
escuchar y recoger las demandas y las voces de la sociedad. Una propuesta más
concreta consiste en la creación de Consejos Ciudadanos municipales y
nacionales.
Al
mismo tiempo, se debe reconocer que en el movimiento social y político del país
existe un retraso conceptual en sus reflexiones y líneas programáticas. De ahí
la necesidad de abrir un espacio sobre la discusión programática que sea
permanente para que el debate se actualice y se renueve constantemente.
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