lunes, 21 de julio de 2014

MESA DE ANALISIS Y DESARROLLO

                           

Quienes somos
Ciudadanos dirigentes y activistas del movimiento social, miembros y dirigentes de organizaciones políticas, intelectuales comprometidos con las mejores causas, hombres y mujeres del pueblo llano, todos preocupados por la falta  de principios, valores e iniciativas en el ámbito político, sobre todo,  en el marco  del debate de las ideas y propuestas, han tomado la decisión patriótica   de crear un espacio, han dado en llamarle “mesa de análisis y desarrollo” para la reflexión y el debate de las ideas a la luz de nuestra realidad económica, social y política. En los debates, reflexiones, propuestas y conclusiones en lo concerniente a nuestra clase política se manifiestan un conjunto de críticas. Después de valorar estas críticas se pasa a buscar sus causas. Lo que nos compromete a estudiar profunda y concienzudamente la situación actual nacional y la historia económica, social, política y cultural dominicana.
Los partidos políticos tradicionales ya no escuchan lo que la gente dice, quiere o necesita. No hay un diálogo real entre ellos y la sociedad.  Han olvidado discutir los principios fundamentales de carácter ético y filosófico; no tienen ninguna propuesta seria y coherente ante el pertinaz empobrecimiento del Pueblo Dominicano. En el mejor de los casos, las agendas de esas organizaciones tradicionales se limitan a planear las actividades electorales, pero cotidianamente las discusiones versan sobre los conflictos internos, las ofensas y cuentas pendientes de un grupo con otro.
La mayor parte de nuestros políticos  se la dan de pragmático; una cierta dosis de pragmatismo es necesaria en la actividad política; pero cuando éste se lleva más allá de ciertos límites, el problema es que se fomentan ideas contrarias a los principios  y valores.

La “MESA DE ANALISIS Y DESARROLLO”, se ha propuesto como misión,  responder a las necesidades de los diferentes sectores de la población, enriqueciendo  la plataforma socio-económica, vía el modelo de economía solidaria (Proyectos socio-productivos), donde lo más importante es la gente, y por demás posicionarnos en la competencia del debate político, social y económico, estableciendo las estrategias programáticas con el concurso de líderes sociales, mediante la captación y  movilización de la demanda comunitaria, en torno a las necesidades  de los distintos grupos excluidos de la sociedad. Por igual, “LA MESA DE ANALISIS Y DESARROLLO” inspirado en el  legado de amor a la Patria heredado  de nuestro padre fundador de la República Juan Pablo Duarte,  de nuestro General eterno, héroe de la guerra patria de la Restauración, General Gregorio Luperón, del maestro apóstol Juan Bosch, entre otros altos referentes históricos que han llenado de gloria el camino hacia  las luchas libertarias en defensa de las mejores causas del Pueblo Dominicano, tiene por visión estructurar a nivel nacional una corriente ideológica y programática  que tenga como propósito diseñar e implementar iniciativas, planes y proyectos que sean políticamente factible, socialmente aceptables y moralmente viables para promover el desarrollo del país con ciudadanos comprometidos, que participen democrática y libremente e incidan  en las decisiones fundamentales de la sociedad defendiendo  los recursos naturales y el derecho del dominicano a su desarrollo económico, político, social e individual en un ambiente sano, de respeto por la vida y la naturaleza.
Las discusiones, aquí en la "mesa de análisis y desarrollo", son dinámicas, los hechos y fenómenos se ven en desarrollo, con una visión de conjunto e integradora de la realidad. En esa línea de inferencia surgen ideas y propuestas. Propuestas que no pretenden resolver, automáticamente, la situación del país, sino ayudar a que el Estado y sus Instituciones encaucen sus reflexiones en torno a un conjunto de asuntos que no han sido tomados en cuenta.

                                                 NUESTRA POSICIÓN
                                       
En el mundo actual, la humanidad no está en  su mejor momento; recordamos el hecho y no lo perdemos de vista y es que solo al doblar la esquina, a finales del dos mil ocho (2008) El sistema capitalista, dio inicio a  una de sus peores crisis  en la historia del capitalismo mundial, no solo en términos del desarrollo económico, seguridad alimentaria, también lo es en el pensamiento social, humano y ético.
En la actualidad, el capitalismo, ha pasado y está pasando por un conjunto de crisis económicas, financieras, monetarias y alimentarias  parciales o globales, nada menos que en  los países más desarrollados del planeta, resolver el problema los ha llevado a generar otros que afectan en forma desigual a los países menos  desarrollados.
Los efectos de estos cambios a nivel global, han impactado de manera negativa en el medio local. De ahí, que hemos  tomado muy en serio estos procesos de crisis global y muy especialmente en el mundo desarrollado.
Se globalizan la información y las corrientes financieras, pero no los derechos de la gente, ni el desarrollo humano, ni el bienestar.
La  carencia de bienes y servicios básicos, es generador de frustración, de actitudes desesperadas, de indignación , de violencia; y no son pocos, o sea nada menos que más de  3.000 millones de seres humanos pueden sufrir hoy en el mundo este sentimiento de injusticia” y nuestro país no escapa a semejante realidad. Como resultado de estos procesos globales, el país padece permanentemente los riesgos y amenazas que incluyen, además de los efectos del cambio climático, las graves incidencias de la crisis sistémica.

Hay cientos  de miles de dominicanos en este siglo XXI que aún no pueden realizar una comida digna a lo largo del día, tienen que conformarse con una alimentación deficiente y viviendo en  extrema pobreza. Son pobres entre los pobres.  Y esto es un escándalo porque tenemos los medios para paliarlos pero no nos atrevemos a ponernos en marcha. Apostar por el desarrollo del  país,  es una solución viable y factible.
 Ante este panorama, se necesita un método humanista y solidario que afecte las relaciones de producción, distribución y dominación  con la participación protagónica del pueblo organizado y por demás  sirva para desarrollar una cultura del compromiso por un desarrollo económico, social y político integral sustentable.
Construyamos el mundo de las ideas realizables, hagamos de la quimera un sueño real  de bienestar, de igualdad y de progreso, maquinemos para cambiar el status que apabulla y abate en la miseria a la inmensa mayoría de nuestro pueblo.
Pensemos, soñemos y diseñemos nuestros pilares filosóficos, comprendamos nuestro país para que le país nos comprenda y seamos una sola lucha.

Consideramos primordial definir con claridad un proyecto alternativo de Nación democrático, popular y renovador  acorde con los intereses del pueblo, visionario y realista. Tenemos una propuesta que contiene  algunos puntos   básicos  y la damos a conocer con la mayor honestidad y buena fe en las Páginas  siguientes.
En la elaboración  de esta propuesta consultamos  y compartimos  puntos de vista con amigos, compañeros, especialistas y gente de todas las condiciones sociales. Todos ellos, decididos a participar en un cambio verdadero y con el anhelo de vivir en un país mejor, con menos desigualdad social, más justicia y dignidad.  Ésta es la propuesta de quienes no pretenden poseer el monopolio de la verdad y por tanto no aspiran a manejar soluciones absolutas. Por eso la sometemos a la consideración  de aquellos dominicanos de buena voluntad que aman esta patria quisqueyana y albergan las esperanzas  que “si se puede”

La historia: “La maestra de la vida”
Mucho  se ha escrito sobre la historia como " la maestra de la vida”.  El hombre es un ser histórico y quien no sabe de dónde viene, difícilmente sabrás a dónde vas. El sentido histórico es fundamental para interpretar realidades, actitudes y manifestaciones propias de los pueblos.
El dictado de la historia, sobre todo en un país   como el nuestro, con un pasado profundo, plural y lleno de sabiduría, debe ser el punto de partida para emprender cualquier proyecto de renovación  nacional.
¿Cómo ignorar la grandeza de la Quisqueya prehispánica? Su organización política, su esplendor cultural. ¿Cómo desconocer la importancia del Santo Domingo colonial si como dicen algunos cronistas e historiadores, cuando los búfalos pastaban en Manhattan, la Ciudad de Santo Domingo ya contaba con una universidad en la que se impartían cátedras de teología, humanidades y filosofía.  ¿Cómo pasar por alto el carácter  transformador del movimiento independentista nacional que no sólo terminó con la separación de Haití, sino que despertó las aspiraciones de libertad e igualdad de los dominicanos? ¿Cómo dejar de reconocer  los liberales que redactaron la constitución de julio de 1858, liberal y progresista. Qué decir de la República  Restaurada en la guerra de la Restauración, no sólo supieron consumar la Segunda Independencia de la Patria, sino que también tuvieron la visión para separar, antes que en otras naciones, las funciones civiles de las eclesiásticas y marcar para siempre el carácter laico y republicano de nuestra vida pública. ¿Cómo pasar por alto a los patriotas que enfrentaron la primera  intervención norteamericana de 1916? ¡Cómo olvidar los mártires de la expedición del 14 de junio de 1959 “vinieron lleno de heroísmo y  patriotismo, enamorado de un puro ideal a rescatar la libertad” 
¡Cómo olvidar la revolución de Abril, sus causas, las hazañas  del pueblo, la noble voluntad democrática de sus protagonistas, el arrojo y el patriotismo  del Coronel Tomas Fernández Domínguez  y el de Caamaño y sus compañeros de lucha; y la lealtad a los principios contenido en la constitución Boschista de 1963!
¿Cómo ignorar lo acontecido en la historia reciente? Los movimientos sociales, sindicales y estudiantiles, así como la lucha por la democracia, los derechos humanos y la justicia a favor de las grandes masas populares.
En vez de pasar por alto los antecedentes históricos  de República Dominicana debemos tomarlo como  base indispensable, punto de partida para la construcción de cualquier proyecto socio político de transformación y renovación. No puede existir transformación  sin un conocimiento previo de la realidad que se quiere transformar, sin un conocimiento de cómo ella está organizada, cuáles son sus leyes de funcionamiento y desarrollo, con cuales fuerzas sociales contamos para  realizar los cambios. “Para conocer  lo que somos hoy tenemos que saber que fuimos ayer, pues de los que fuimos salió lo que somos, esa es la razón por la cual es tan importante conocer la historia de nuestro país. Pero esa historia debe estudiarse a partir de nuevos principios, porque resulta que la historia dominicana se ha escrito siguiendo principios incorrectos”. (Juan Bosch)
Ahora  bien, en la actualidad debemos conocer y comprender por demás ¿qué aqueja y atormenta a la nación? ¿Cuáles son sus grandes y graves problemas? ¿Qué es lo que más afecta a la gente e impide la buena marcha de la República?


Es innegable que en los últimos años   la República Dominicana  ha avanzado en el terreno democrático.  Hay alternancia política y los gobiernos, en sus diferentes niveles, gozan de una mayor legitimidad. Las elecciones son más limpias y libres; los poderes han empezado a funcionar en equilibrio y cada vez se actúa con mayor tolerancia y respeto a la pluralidad política. Sin embargo, la República Dominicana es aún un país de hondas desigualdades sociales. En este terreno, en vez de avanzar, hemos retrocedido. 

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