Quienes somos
Ciudadanos dirigentes y activistas del
movimiento social, miembros y dirigentes de organizaciones políticas,
intelectuales comprometidos con las mejores causas, hombres y mujeres del
pueblo llano, todos preocupados por la falta
de principios, valores e iniciativas en el ámbito político, sobre
todo, en el marco del debate de las ideas y propuestas, han
tomado la decisión patriótica de crear un
espacio, han dado en llamarle “mesa de análisis y desarrollo” para la reflexión
y el debate de las ideas a la luz de nuestra realidad económica, social y
política. En los debates, reflexiones, propuestas y conclusiones en lo
concerniente a nuestra clase política se manifiestan un conjunto de críticas.
Después de valorar estas críticas se pasa a buscar sus causas. Lo que nos
compromete a estudiar profunda y concienzudamente la situación actual nacional
y la historia económica, social, política y cultural dominicana.
Los partidos políticos tradicionales ya no escuchan lo
que la gente dice, quiere o necesita. No hay un diálogo real entre ellos y la
sociedad. Han olvidado discutir los
principios fundamentales de carácter ético y filosófico; no tienen ninguna
propuesta seria y coherente ante el pertinaz empobrecimiento del Pueblo
Dominicano. En el mejor de los casos, las agendas de esas
organizaciones tradicionales se limitan a planear las actividades electorales,
pero cotidianamente las discusiones versan sobre los conflictos internos, las
ofensas y cuentas pendientes de un grupo con otro.
La mayor parte de nuestros políticos se la dan
de pragmático; una cierta dosis de pragmatismo es necesaria en la
actividad política; pero cuando éste se lleva más allá de ciertos límites, el
problema es que se fomentan ideas contrarias a los principios y valores.
La “MESA DE ANALISIS Y DESARROLLO”, se ha propuesto como misión, responder a las necesidades de los
diferentes sectores de la población, enriqueciendo la plataforma socio-económica, vía el modelo
de economía solidaria (Proyectos socio-productivos), donde lo más importante es
la gente, y por demás posicionarnos en la competencia del debate político,
social y económico, estableciendo las estrategias
programáticas con el concurso de líderes sociales, mediante la captación
y movilización de la demanda comunitaria, en torno a las necesidades de los distintos grupos excluidos de la
sociedad. Por igual, “LA MESA DE
ANALISIS Y DESARROLLO” inspirado en el
legado de amor a la Patria heredado
de nuestro padre fundador de la República Juan Pablo Duarte, de nuestro General eterno, héroe de la guerra
patria de la Restauración, General Gregorio Luperón, del maestro apóstol Juan
Bosch, entre otros altos referentes históricos que han llenado de gloria el
camino hacia las luchas libertarias en
defensa de las mejores causas del Pueblo Dominicano, tiene por visión estructurar a nivel nacional una corriente
ideológica y programática que tenga como
propósito diseñar e implementar iniciativas, planes y proyectos que sean
políticamente factible, socialmente aceptables y moralmente viables para
promover el desarrollo del país con ciudadanos comprometidos, que participen
democrática y libremente e incidan en
las decisiones fundamentales de la sociedad defendiendo los recursos naturales y el
derecho del dominicano a su desarrollo económico, político, social e individual
en un ambiente sano, de respeto por la vida y la naturaleza.
Las discusiones, aquí en la "mesa de análisis y desarrollo",
son dinámicas, los hechos y fenómenos se ven en desarrollo, con una visión de
conjunto e integradora de la realidad. En esa línea de inferencia surgen ideas
y propuestas. Propuestas que no pretenden resolver, automáticamente, la
situación del país, sino ayudar a que el Estado y sus Instituciones encaucen
sus reflexiones en torno a un conjunto de asuntos que no han sido tomados en
cuenta.
NUESTRA POSICIÓN
En el mundo
actual, la humanidad no está en su mejor
momento; recordamos el hecho y no lo perdemos de vista y es que solo al doblar
la esquina, a finales del dos mil ocho (2008) El sistema capitalista, dio
inicio a una de sus peores crisis en la historia del capitalismo mundial, no
solo en términos del desarrollo económico, seguridad alimentaria, también lo es
en el pensamiento social, humano y ético.
En la
actualidad, el capitalismo, ha pasado y está pasando por un conjunto de crisis
económicas, financieras, monetarias y alimentarias parciales o globales, nada menos que en los países más desarrollados del planeta,
resolver el problema los ha llevado a generar otros que afectan en forma
desigual a los países menos
desarrollados.
Los efectos
de estos cambios a nivel global, han impactado de manera negativa en el medio
local. De ahí, que hemos tomado muy en
serio estos procesos de crisis global y muy especialmente en el mundo
desarrollado.
Se
globalizan la información y las corrientes financieras, pero no los derechos de
la gente, ni el desarrollo humano, ni el bienestar.
La carencia de bienes y servicios básicos, es
generador de frustración, de actitudes desesperadas, de indignación , de
violencia; y no son pocos, o sea nada menos que más de 3.000 millones de seres humanos pueden sufrir
hoy en el mundo este sentimiento de injusticia” y nuestro país no escapa a
semejante realidad. Como
resultado de estos procesos globales, el país padece permanentemente los
riesgos y amenazas que incluyen, además de los efectos del cambio climático,
las graves incidencias de la crisis sistémica.
Hay
cientos de miles de dominicanos en este
siglo XXI que aún no pueden realizar una comida digna a lo largo del día,
tienen que conformarse con una alimentación deficiente y viviendo en extrema pobreza. Son pobres entre los
pobres. Y esto es un escándalo porque
tenemos los medios para paliarlos pero no nos atrevemos a ponernos en marcha.
Apostar por el desarrollo del país, es una solución viable y factible.
Ante este panorama, se necesita un método
humanista y solidario que afecte las relaciones de producción, distribución y
dominación con la participación
protagónica del pueblo organizado y por demás
sirva para desarrollar una cultura del compromiso por un desarrollo
económico, social y político integral sustentable.
Construyamos el mundo de las ideas realizables,
hagamos de la quimera un sueño real de
bienestar, de igualdad y de progreso, maquinemos para cambiar el status que
apabulla y abate en la miseria a la inmensa mayoría de nuestro pueblo.
Pensemos, soñemos y diseñemos nuestros pilares
filosóficos, comprendamos nuestro país para que le país nos comprenda y seamos
una sola lucha.
Consideramos primordial definir con claridad un proyecto
alternativo de Nación democrático, popular y renovador acorde con los intereses del pueblo,
visionario y realista. Tenemos una propuesta que contiene algunos puntos básicos
y la damos a conocer con la mayor honestidad y buena fe en las
Páginas siguientes.
En la elaboración
de esta propuesta consultamos y
compartimos puntos de vista con amigos,
compañeros, especialistas y gente de todas las condiciones sociales. Todos
ellos, decididos a participar en un cambio verdadero y con el anhelo de
vivir en un país mejor, con menos desigualdad social, más justicia y dignidad.
Ésta es la propuesta de quienes no pretenden poseer el monopolio
de la verdad y por tanto no aspiran a manejar soluciones absolutas. Por eso la
sometemos a la consideración de aquellos
dominicanos de buena voluntad que aman esta patria quisqueyana y albergan las
esperanzas que “si se puede”
La historia:
“La maestra de la vida”
Mucho se ha
escrito sobre la historia como " la maestra de la vida”. El hombre
es un ser histórico y quien no sabe de dónde viene, difícilmente sabrás a dónde
vas. El sentido histórico es fundamental para interpretar realidades,
actitudes y manifestaciones propias de los pueblos.
El dictado de la historia, sobre todo en un país
como el nuestro, con un pasado profundo, plural y lleno de sabiduría,
debe ser el punto de partida para emprender cualquier proyecto de
renovación nacional.
¿Cómo ignorar la grandeza de la Quisqueya prehispánica?
Su organización política, su esplendor cultural. ¿Cómo desconocer la
importancia del Santo Domingo colonial si como dicen algunos cronistas e
historiadores, cuando los búfalos pastaban en Manhattan, la Ciudad de Santo
Domingo ya contaba con una universidad en la que se impartían cátedras de
teología, humanidades y filosofía. ¿Cómo
pasar por alto el carácter transformador
del movimiento independentista nacional que no sólo terminó con la separación
de Haití, sino que despertó las aspiraciones de libertad e igualdad
de los dominicanos? ¿Cómo dejar de reconocer
los liberales que redactaron la constitución de julio de 1858, liberal y
progresista. Qué decir de la República
Restaurada en la guerra de la Restauración, no sólo supieron consumar la
Segunda Independencia de la Patria, sino que también tuvieron la visión para
separar, antes que en otras naciones, las funciones civiles de las
eclesiásticas y marcar para siempre el carácter laico y republicano de
nuestra vida pública. ¿Cómo pasar por alto a los patriotas que enfrentaron la
primera intervención norteamericana de
1916? ¡Cómo olvidar los mártires de la expedición del 14 de junio de 1959
“vinieron lleno de heroísmo y
patriotismo, enamorado de un puro ideal a rescatar la libertad”
¡Cómo olvidar la revolución de Abril, sus causas, las
hazañas del pueblo, la noble voluntad
democrática de sus protagonistas, el arrojo y el patriotismo del Coronel
Tomas Fernández Domínguez y el de Caamaño y sus compañeros de lucha; y
la lealtad a los principios contenido en la constitución Boschista de 1963!
¿Cómo ignorar lo acontecido en la historia reciente?
Los movimientos sociales, sindicales y estudiantiles, así como la lucha por
la democracia, los derechos humanos y la justicia a favor de las
grandes masas populares.
En vez de pasar por alto los antecedentes históricos
de República Dominicana debemos tomarlo como
base indispensable, punto de partida para la construcción de cualquier
proyecto socio político de transformación y renovación. No puede existir
transformación sin un conocimiento
previo de la realidad que se quiere transformar, sin un conocimiento de cómo
ella está organizada, cuáles son sus leyes de funcionamiento y desarrollo, con cuales
fuerzas sociales contamos para realizar
los cambios. “Para conocer lo que somos
hoy tenemos que saber que fuimos ayer, pues de los que fuimos salió lo que
somos, esa es la razón por la cual es tan importante conocer la historia de
nuestro país. Pero esa historia debe estudiarse a partir de nuevos principios,
porque resulta que la historia dominicana se ha escrito siguiendo principios
incorrectos”. (Juan Bosch)
Ahora bien, en
la actualidad debemos conocer y comprender por demás ¿qué aqueja y
atormenta a la nación? ¿Cuáles son sus grandes y graves problemas? ¿Qué es lo
que más afecta a la gente e impide la buena marcha de la República?
Es innegable que en los últimos años la República Dominicana ha avanzado en el terreno democrático. Hay alternancia política y los gobiernos, en
sus diferentes niveles, gozan de una mayor legitimidad. Las elecciones son
más limpias y libres; los poderes han empezado a funcionar en equilibrio y cada
vez se actúa con mayor tolerancia y respeto a la pluralidad política. Sin
embargo, la República Dominicana es aún un país de hondas desigualdades
sociales. En este terreno, en vez de avanzar, hemos retrocedido.
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